
Ciudad del Vaticano. – En medio de una Iglesia católica que vive importantes transformaciones demográficas, el nombre del cardenal ghanés Peter Turkson resuena con fuerza como uno de los favoritos para convertirse en el próximo papa y, de ser elegido, el primero de origen africano en la historia de la Iglesia.
Con 76 años, Turkson es considerado una de las figuras más influyentes del catolicismo en África, región donde la fe católica no solo se mantiene firme, sino que continúa creciendo a ritmo acelerado, a diferencia de Europa, donde las vocaciones y la práctica religiosa han disminuido.
Una vida dedicada al servicio de la Iglesia
Nacido en Nsuta-Wassa, una ciudad minera al sur de Ghana, Peter Turkson proviene de una familia humilde. Es el cuarto de diez hermanos, hijo de una madre metodista que vendía verduras y un padre carpintero católico. Lo ordenaron sacerdote en 1975 y, más tarde, enviado a Roma y Nueva York para ampliar su formación.
En 1992, lo nombraron arzobispo de Cape Coast por el papa Juan Pablo II, quien también lo elevó al rango de cardenal en 2003, convirtiéndose en el primer purpurado de África Occidental. Actualmente, Turkson ocupa un rol de relevancia en el Vaticano como canciller de las Academias Pontificias de Ciencias y Ciencias Sociales.
Un liderazgo que trasciende fronteras
El cardenal Turkson ya lo mencionaban como papable en 2013, durante el cónclave que siguió a la histórica renuncia de Benedicto XVI. Sin embargo, en una entrevista en 2010, reconoció los desafíos que enfrentaría si fuera elegido: “No quisiera ser el primer papa negro. Creo que viviría momentos difíciles”, dijo entonces.
Su posible elección al trono de San Pedro simbolizaría no solo un cambio histórico en el Vaticano, sino también una reafirmación del crecimiento del catolicismo en el sur global, especialmente en África, continente que aporta una creciente proporción de los fieles católicos en el mundo. Con información de AFP.