La Fuente RD
Cuatro periodistas acuden a la justicia alegando ataques personales sin pruebas en medios y redes sociales
Los periodistas Marino Zapete, Edith Febles, Altagracia Salazar y Mariasela Álvarez, informaron que presentaron cuatro querellas penales ante el Ministerio Público contra varios comunicadores, a quienes acusan de incurrir en actos de difamación, injuria y desinformación a través de medios y plataformas digitales.
Las acciones judiciales —interpuestas de forma individual y colectiva— fueron dirigidas contra Juan Aníbal Arrendel Núñez, Alfredo de Dios de la Cruz Carvajal, Pedro Manuel Casal García y Aquiles Jiménez Fernández.
Los demandantes aseguran que estos comunicadores han emitido señalamientos públicos reiterados sin sustento, afectando su honor y dignidad, y que dichas afirmaciones trascienden el ámbito legítimo de la libertad de expresión para convertirse en ataques personales con consecuencias reputacionales.
En una declaración pública, los querellantes explicaron que la medida no busca silenciar críticas ni restringir el debate público, sino «proteger a la ciudadanía frente al uso abusivo de plataformas comunicacionales» y «reivindicar el debate respetuoso en una cultura democrática».
- Destacaron que estas acciones se amparan en principios esenciales como la libertad de prensa ejercida de manera responsable y el respeto al derecho ajeno.
Libertad con impunidad
«Porque no puede confundirse la libertad con la impunidad«, expresaron los firmantes, al subrayar que su compromiso sigue firme con el Estado de derecho y el uso correcto de los mecanismos institucionales para resolver los conflictos.
De acuerdo con el comunicado, las querellas, aunque diversas en sus detalles y protagonistas, comparten un mismo objetivo: «sanear el espacio público, reivindicar el debate respetuoso y contribuir a una cultura democrática donde las diferencias se tramiten con argumentos, no con agravios».
Concluyen el comunicando reiterando «el llamado a la convivencia democrática, al respeto mutuo y al uso responsable de las libertades públicas como herramientas de construcción colectiva, no de destrucción personal».
