
Por: Carla Flores
Comunicadora y Locutora
Los Premios Diamantes nacieron con la promesa de reconocer y exaltar el talento local de Boca Chica, un objetivo loable y necesario para dar visibilidad a quienes trabajan duro por destacar en sus áreas.
Sin embargo, es decepcionante ver cómo esa visión se ha desvirtuado, priorizando las cuñas y los intereses económicos por encima del verdadero mérito.
Más que una celebración del talento, los premios se han convertido en una vitrina para quienes pueden pagar o tienen conexiones. El reconocimiento no debería estar en venta, ni condicionado por quién tiene más capacidad de inversión.
Esto no solo desmotiva a los verdaderos talentos que trabajan con integridad, sino que también le resta credibilidad al evento y a quienes lo organizan.