El ascenso de Francisco, el primer Papa del continente americano, dio inicio a un periodo de mayor apertura en la Iglesia Católica. Un repaso por el legado que deja el primer papa jesuita de la historia.
El papa Francisco falleció este lunes a los 88 años, informó El Vaticano. El pontífice, el primer latinoamericano de la historia en ocupar la jefatura de la Iglesia católica, deja un legado marcado por profundas reformas que llevaron al primer plano las fuertes divisiones ideológicas que aquejan a la milenaria institución.
“A las 7:35 de esta mañana, el obispo de Roma, Francisco, regresó a la casa del Padre. Dedicó toda su vida al servicio del Señor y de su Iglesia”, señaló el cardenal Kevin Farrell en un comunicado.
El papa había aparecido el domingo en la plaza de San Pedro para bendecir a quienes acudieron al lugar por el Domingo de Pascua, una escena que sorpendió a muchos ya que el pasado 23 de marzo había regresado a El Vaticano tras una estancia hospitalaria de 38 días.
En su discurso, que tuvo que ser leído por un arzobispo, Francisco volvi´a llamar a la paz en Gaza y Ucrania, y también en la República Democrática del Congo y Myanmar.
“ Que el Cristo resucitado conceda a Ucrania, devastada por la guerra, su regalo pascual de paz, y anime a todas las partes involucradas a continuar los esfuerzos para lograr una paz justa y duradera”, decía el mensaje, citado por AP. “En este año jubilar, ¡que la Pascua sea también una ocasión propicia para la liberación de prisioneros de guerra y prisioneros políticos!”.

El ascenso de pontífice argentino al trono de San Pedro, el 13 de marzo de 2013, después de ser elegido por el cónclave de cardenales tras la renuncia de su predecesor Benedicto XVI, marcó varios hitos en la historia de la Iglesia católica: fue el primer papa americano y jesuita.
De Jorge Mario Bergoglio a Francisco
Jorge Mario Bergoglio nació en Buenos Aires el 17 de diciembre de 1936. Fue el mayor de cinco hermanos hijos de inmigrantes italianos que habían salido de su país huyendo del fascismo.
Después de terminar la escuela secundaria, el joven Bergoglio obtuvo un título en química de una escuela técnica industrial pública y trabajó en esa disciplina hasta que a los 17 años un encuentro con un sacerdote, a quien nunca había visto, lo inspiró para iniciar la vida sacerdotal.
Vatican News detalla que, poco después de asumir el papado, Francisco recordó el episodio que había ocurrido 50 años antes, durante el sermón de la misa de la Vigilia de Pentecostés, en mayo de 2013.
Votos de humildad: Bergoglio el jesuita
Bergoglio entró al seminario arquidiocesano Inmaculada Concepción en Buenos Aires, y tres años más tarde se unió como novicio a la Compañía de Jesús, para finalmente convertirse oficialmente en hermano jesuita en marzo de 1960, tomando los votos perpetuos de pobreza y castidad que exige la orden a sus miembros.
Ese año, obtuvo también una licenciatura en filosofía del Colegio Máximo de San José en San Miguel, en la provincia de Buenos Aires, y comenzó a trabajar como profesor de escuela en las disciplinas de literatura y psicología.
En 1967 retomó sus estudios de teología y fue finalmente ordenado como sacerdote el 13 de diciembre de 1969.
Ascendió rápidamente en las filas de la iglesia argentina, llegando a ser el superior provincial de la Compañía de Jesús entre 1973 y 1979, obispo auxiliar de Buenos Aires y obispo titular de Auca entre 1992 y 1997, arzobispo de Buenos Aires entre 1998 y 2013, siendo convertido finalmente en cardenal en 2001 por el papa Juan Pablo II y asumiendo la presidencia de la Conferencia Episcopal Argentina entre 2005 y 2011.
El papado de Francisco
Al momento de su elección como papa, Bergoglio no solo era el arzobispo de Buenos Aires, sino también era el relator del Sínodo de los Obispos, papel en el que, según el Catholic Herald, creó “una impresión favorable como hombre abierto a la comunión y al diálogo”. Bergoglio eligió el nombre de Francisco como un homenaje a San Francisco de Asís, un sacerdote italiano que vivió entre 1181 y 1226 y es recordado por haber fundado la orden franciscana, su amor por los animales y su lucha social.
Inmediatamente después de asumir el papado, Francisco rechazó los lujos asociados al líder de la Iglesia prefiriendo moverse en un modesto auto compacto y vivir en un apartamento de un edificio para huéspedes del Vaticano en lugar de la residencia papal del Palacio Apostólico usado por sus predecesores.
Desde el inicio de su papado, Francisco mostró disposición a dar su mirada en muchos debates políticos, convirtiéndose, para algunos, en una fuente de controversia. Francisco fue persistente en la defensa de los pobres y su crítica del capitalismo deshumanizado, lo que le valió ser tildado de marxista por muchos católicos estadounidenses de derecha. Francisco siempre respondió que simplemente promovía la doctrina social de la Iglesia católica.
Francisco:
«Todos somos hijos de Dios»
Francisco generó controversias entre los más conservadores, cuando iniciando su papado insinuó una posible apertura a la comunidad homosexual. «Si alguien es gay y busca al Señor y tiene buena voluntad, ¿quién soy yo para juzgar?», dijo.
En 2014, Francisco dijo que la iglesia podría estar abierta a las uniones civiles entre personas del mismo sexo y en 2023 habló incluso de benedecir esas uniones siempre que no se consideraran como matrimonios. El papa criticó las leyes que criminalizan la homosexualidad como “injustas”, diciendo que Dios ama a todos sus hijos tal como son.
Francisco también rompió con la doctrina tradicional de la iglesia cuando en 2015 dijo que los sacerdotes católicos de todo el mundo podrían perdonar el «pecado del aborto».
El papa que pidió disculpas
Ese año el papa abordó también el tema del cambio climático cuando culpó a las compañías energéticas, y a los políticos por llevar el planeta a un «punto de quiebre» y criticó a la industria armamentística, sugiriendo que las personas que fabrican o invierten en armas no pueden considerarse cristianos.
Francisco también pidió perdón por las atrocidades cometidas por la iglesia contra poblaciones indígenas y tras décadas de demandas declaró oficialmente en 2023 que los decretos papales que han servido de base para la doctrina del descubrimiento que justifica legalmente el despojo de las tierras ancestrales por los conquistadores europeos “no reflejaban adecuadamente la igualdad de dignidad y derechos de los pueblos indígenas”.
Durante su pontificado, Francisco ha tomado una postura de «batalla total» para combatir el abuso sexual en la Iglesia. En un discurso en Bélgica, en septiembre de 2024, destacó la importancia de asumir la responsabilidad y pedir perdón. Entre sus acciones estuvo la creación en 2014 de una comisión pontificia para la protección de menores, su primera petición pública de perdón, y la implementación de leyes para sancionar a obispos negligentes (2016).
En 2018, admitió errores en el manejo de la crisis de abusos en Chile y publicó una carta a los fieles sobre el abuso. El papa pidió disculpas a las víctimas por haber solicitado «pruebas» que muchas no podían presentar, reconociendo que sus palabras fueron inoportunas e hirieron a esas personas. Inicialmente, durante su visita a Chile, defendió al obispo Juan Barros, acusado de encubrir abusos del sacerdote Fernando Karadima, lo que generó indignación. Posteriormente, admitió que muchos sobrevivientes sufren en silencio y no siempre pueden probar el delito.
En 2019, organizó una cumbre en el Vaticano para que víctimas de abuso hablen del tema. Obligó a denunciar casos de abuso tras eliminar el secreto pontificio sobre estos procesos. Luego endureció el derecho canónico en relación con estos delitos y para 2022, actualizó la ley para responsabilizar a los obispos que no actúen contra abusadores.
El papa de los migrantes
Francisco, quien hizo de la atención a los migrantes una prioridad de su papado, recordó en un mensaje a los fieles con ocasión de la celebración del 110 día mundial del migrante y el refugiado en mayo de 2024, que “un encuentro con un migrante, como con todo hermano y hermana necesitado, es también un encuentro con Cristo”.
“Él mismo lo dijo. Es Él quien llama a nuestra puerta, hambriento, sediento, forastero, desnudo, enfermo y encarcelado, pidiendo ser encontrado y ayudado” dijo Francisco.
En febrero de 2025, Francisco criticó duramente las políticas migratorias del gobierno del presidente Donald Trump y advirtió en una carta dirigida a los obispos estadounidenses, que los planes de llevar a cabo deportaciones masivas iniciadas en su segundo gobierno “terminarán mal”.
“He seguido de cerca la gran crisis que está teniendo lugar en Estados Unidos con el inicio de un programa de deportaciones masivas”, dijo Francisco en la carta. “La conciencia bien formada no puede dejar de emitir un juicio crítico y expresar su desacuerdo con cualquier medida que, tácita o explícitamente, identifique la situación irregular de algunos migrantes con la criminalidad”.
Francisco también fustigó la justificación de las deportaciones masivas esgrimida por el vicepresidente JD Vance, un católico que dijo que la gente debería cuidar de su familia, de su comunidad y de su país antes de cuidar de los demás.
“El amor cristiano no es una expansión concéntrica de intereses que poco a poco se extienden a otras personas y grupos”, escribió Francisco.
“Lo que se construye sobre la base de la fuerza, y no sobre la verdad de que la dignidad es igual para todos los seres humanos, comienza mal y terminará mal”, apuntó.
Esa no fue la primera vez que Francisco criticó las políticas y retórica contra los migrantes de Trump. Durante la campaña electoral de 2016 cuando Trump hablaba de la construcción del muro fronterizo, Francisco viajó a la frontera entre Estados Unidos y México, donde celebró una misa y dijo que cualquiera que construya un muro en lugar de un puente para mantener alejados a los inmigrantes “no era cristiano”.